Como cada año, nuestros alumnos han vivido con mucha ilusión esta hermosa tradición: ofrecer flores a la Virgen.
A lo largo del mes de mayo, poco a poco, han traído flores llenas de color, de cariño y de oración.
Estos pequeños gestos nos recuerdan cuánto queremos a la Virgen, cómo confiamos en su amor de madre, y cómo Ella nos enseña a querer más y mejor.
Gracias a todos los que habéis participado y habéis llenado de alegría y flores nuestro colegio. ¡Qué bonito es vivir juntos la fe!